La pandemia trajo consigo muchas sorpresas y cambios inesperados en nuestras vidas. Uno de esos cambios inesperados para mí fue la introducción al fascinante mundo del café de especialidad. En medio de tiempos inciertos, descubrí un refugio en una pequeña tostaduría local, donde el café no solo se convirtió en una bebida reconfortante, sino en una puerta de entrada a una experiencia completamente nueva. En este artículo, compartiré mi viaje personal hacia el café de especialidad y cómo aprendí a distinguirlo de sus contrapartes más convencionales: el café comercial y el café gourmet.
Un Nuevo Comienzo en la Tostaduría
En medio del distanciamiento social y la incertidumbre pandémica, busqué un escape que me permitiera alejarme del caos del mundo exterior y tener unos minutos de descanso que me permitieran una pausa diaria. Fue entonces cuando, por casualidad, encontré una acogedora tostaduría local. Al entrar, fui recibido por el aroma embriagador del café recién tostado. En lugar de limitarme a mi habitual «café para llevar», decidí sentarme y experimentar algo diferente. Ese momento marcó el inicio de un viaje que me sumergiría en la cultura y el sabor del café de especialidad.
Descubriendo el Café de Especialidad
Cabe destacar que mi descubrimiento no habría sido posible sin la amabilidad y el conocimiento de las personas que trabajaban en la tostaduría. Con el paso de las semanas y siendo ya un cliente habitual y curioso ellos me fueron los guías en este viaje. Cada taza de café que probaba en la tostaduría parecía contar una historia única. Descubrí que el café de especialidad no es solo una bebida, sino una experiencia sensorial completa. A medida que compartía conversaciones con los apasionados baristas y tostadores aprendí que el café de especialidad va más allá de la producción en masa. Se trata de la dedicación de los productores, los esfuerzos para resaltar la singularidad de cada lote de granos y la conexión con el terroir de su lugar de origen.
Distinguiendo lo Excepcional de lo Convencional
Con el tiempo, empecé a comprender las diferencias fundamentales entre el café de especialidad, el café comercial y el café gourmet:
- Café de Especialidad: Cada taza era un viaje de sabores. La trazabilidad hasta las regiones de cultivo, los procesos cuidadosos de cosecha y tostado, y la atención al detalle en la preparación, todo se sumaba a una experiencia única en cada sorbo.
- Café Comercial: Recordé cómo solía conformarme con el café rápido y uniforme. Ahora veía que el café comercial priorizaba la cantidad sobre la calidad, sacrificando la autenticidad por la consistencia.
- Café Gourmet: Aprendí que el término «gourmet» no siempre garantizaba la excelencia. Mientras que algunos cafés gourmet eran de mejor calidad que los comerciales, no siempre ponían el énfasis en las características distintivas de sabor y origen que tanto apreciaba en el café de especialidad.
Hoy ya tostando hace más de un año y con mucha más experiencia en el cuerpo espero escribirles semanalmente un pequeño artículo que les ayude a descubrir este apasionante mundo. Eso si una advertencia, este es un viaje sin retorno, ya que despuès volver atrás a tomar regularmente café comercial es casi imposible. Los invito entonces a visitar esta sección para leer sobre temas técnicos, de granos, moliendas, métodos, etc, cosas que te ayuden a disfrutar una mejor experiencia cafetera.